Mi caballito de mar que galopas en las ondas del agua,
súbeme a tu montura para perderme entre las algas de tus sueños.
Déjame ver los verdes campos de tus reinos luminosos.
Déjame ir contigo, en tu grupa, en tu lomo
y en tus ojos pintados de azul.
Mi caballito de mar no me dejes solo en las voces,
a la deriva, en este frío de animales plateados.
Llévame hasta el final contigo, hasta donde se besan
los helechos, los musgos y peces.
Mi caballito de mar saca de mi corazón las palomas muertas
que arrastro en todas las cenizas del olvido.
Llévame caballito de amor, atado a tus bridas de oro en esta noche,
dame la sal de tu boca y vaguemos juntos en las estrellas.
Vuela caballito de mar entre los monstruos marinos,
riega de rosas el sueño, de los ojos, y comienza tus amaneceres.
Galopa, caballito que el tiempo avanza, en estos océanos tan solos.
No te pido más caballito, deja que te abrace
y me duerma en tu cuello, de cabellos marinos.
No me suelte ahora que paso al borde de los abismos,
de su ausencia y sus olvidos.
Ay, mi caballito, llévame lejos, para labrar otras tierras
y cultivar las uvas soñadas. Llévame caballito, pronto,
no me dejes en estos acordes.
Llévame, escapemos de todos los paraísos
y todos los infiernos virtuales del incienso.
No me sueltes caballito, deja que el brillo no me borre
los sentidos derramados en el agua, en el sol de su rostro bello.
Vuela caballito, que ella espera en algún lugar de recuerdo.
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