Las calles principales de Azua de Compostela, República Dominicana, llaman la atención por la gran cantidad de letreros de todos tamaños, vallas, bajopostes y hasta afiches de candidatos políticos.
Las calles Duarte y Emilio Prod`
Homme, forman parte del centro comercial. Aparecen tiendas de vestidos,
calzados, bancas, comedores, supermercados, ferreterías, plazas, farmacias y
vendedores ambulantes. Se han convertido en un espacio de distracción para
transeúntes y viajeros.
La mayoría de los negocios están
dotados de grandes letreros donde anuncian sus productos. A decir de los
entendidos, se convierten en distracción para peatones y conductores, pudiendo
ser causa de accidentes. Además, esta forma de contaminación afecta la conducta
psicológica de los ciudadanos, influyendo en el estrés, la violencia y otras
acciones impropias.
No existen normas y, si las hay,
no son respetadas por los dueños de negocios, los cuales están sujetos al cobro
de publicidad por parte de la alcaldía de la ciudad.
Es notorio que todavía
permanezcan afiches de candidatos a cargos políticos, algunos de ellos electos,
pegados a las paredes y los postes de energía eléctrica.
Por su parte, las autoridades se
hacen de la “vista gorda” ante la problemática de afección visual y sónica, sin
que se apliquen las políticas públicas y acciones necesarias para evitarlo.
Algunas personas consultadas por
este periódico piden a las autoridades “tomar carta en el asunto” para
controlar estos tipos de contaminación.
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