27 julio 2009

EN LA OTRA ORILLA


CANTO PRIMERO

Autor: Virgilio López Azuán

En la otra orilla se agotó el espacio
por donde circula el aliento de las olas
que sacudidas van al olvido de la lluvia
y se clausuran los ocasos, en fervientes distancias
como locos buscando despedidas
La serpiente entra por puertas con lunas mojadas
y llora la agonía de espejos rotos en las tabernas
Y en plena amapola de rubores y tintas
se agobian las puertas y los deseos
Nada va a tentar el color ni las cortinas
Y decimos
cierra los parpados en la plenitud del espacio
enciende las llamas que atizan los vientos
En las plantas y en los vidrios del cosmos
no podremos apretar los suspiros ni las mulatas
que suben escaleras
Ya entiendes lo que es el vidrio molido del golpe trasero
la actitud de salamandras comiendose el silencio
déjame salir con los pasos de lagartos y
déjame beber la última zurrapa del fuego
porque amanecen las fieras del agua apagándolo todo
Y a un ras de lengua se multiplican los besos
y se esconden los astrolabios para no verte
ya no importa que el olvido se haga niebla entre los ojos
y que los peces griten sus espacios de algas
No importa que la noche lance sus misterios
al misterio ahogado de la muerte
No vuelvas a tentar con tu mirada,
las miradas de puertas abiertas
ni permitas que debajo de los trenes del miedo circule
la ciudad denuda y la madreselvas
Para tentarte, tentaré las garras del trueno
y bailando el Hip Pop de la vida se esconde
la agonía y la espera en bisagras y play Wood
Volver a tocar el reggettón de tus senos
y en un estado inalámbrico chatear los recuerdos
No te asustes de los alambres, del mapa sideral
en las caderas, no te escapes, que nadie muera.
Y en la mosca sagrada del arcano inconcluso
deja que amaine la lluvia sin verano
Ya no tendrás la impronta boreal de tus labios
ni las notas perdidas en la saliva del paraíso
Todo habrá quedado prendido al espanto
de un canto despedido.
Hay que hacerse pis en la nota de la guitarra
partir en dos la tarta del reloj
Para morder el tiempo apresado en tu boca
hay colocar los últimos alfileres al desatino
donde todos los sueños fueron a comer serpientes
y a la altura del regazo vomitarse de nuevo
en la infinita paz del madero
Entonces, soñaremos con ese concierto de relámpagos
y truenos
con ese caracol repetido de sonidos y miedos
con esas manos a ras de suelo
Hay que conocerse de nuevo escupiendo en la repisa
encima de la risa o del techo
Si ya encontramos la ruta de las filigranas
si todo salta entre la lengua y el cielo
por qué tenderse en la playa y el invierno
a contar las estrellas y el firmamento
Entonces, le nacerán pies a los ojos y se volverán
al bosque a trepar los árboles y las fieras
en la tez de los moluscos las piedras gritan
las ausencias de siglos y minotauros
Siempre azul el arpa y los platinos se envuelven
de venas y serpientes verdes para vender especias
en las puntas de los alfiles, o en flores nocturnas
que brama un merengue y un verso sin fin en la historia
Ya somos verticales, con los ojos horizontales del miedo
ya somos matemáticos de triángulos y circunferencias
y al subir a la boca donde muerden lenguas de dientes afilados
y se pierde el último intento de rocío
No sabemos quien durmió las piedras ni las albahacas
quién en su sentir primero devolvió el beso de las solteras
No, nadie puede decir nada en el umbral de las puertas
de las sombras anudadas en la garganta
Volveremos a intentar sonar las trompetas del fastidio
para morirnos de veras, en esta coartada que intentó
partir en dos, memorias y miércoles despedidos
Si el aliento se queda, nos quedamos todos en medio
lodo y el viento, en el mismo centro del círculo
Ya no somos la paz de antes, del pan y la alegría
no dijeron del trasplante de corazones y heridas
pero, todo se fue en un abrir de hojalatas, en la última
infancia del tiovivo, en los vapores de la abuela
cociendo jengibre en tardes de cordilleras
En las llamaradas se levantan las banderas y las Calíopes
adornados con sierpes y equinoccios, con las arpas y cueros
por eso somos tintura de vampiros y vampiresas,
Media luz incrustada en los ojos del gato, nacido en enero
Por qué se levantaron hojarascas y polvos en el tiempo
Por qué tembló el reloj sensible del agua y los apiarios
Por nada.

1 comentario:

Jeniffer Moore dijo...

Un saludo cordial, Virgilio y felicitaciones por esta bella página, especialmente este texto poético "En la otra orilla" que me ha conmovido por su hondo contenido. Gracias por honrar la Poesía y por invitarme a compartir su hermoso trabajo.
Un abrazo
jeniffer