27 julio 2009

DE AQUILES JULIAN

Hola,
Gastón Baquero, el gran poeta y ensayista cubano vivió los extremos de la fortuna. Siendo mulato en una sociedad altamente racista como la cubana, Baquero se abrió camino por su talento. Llegó a ocupar la importantísima posición de Jefe de Redacción del influyente Diario de la Marina.
La llegada de Fidel Castro al poder en 1959 cambió todo. Baquero disgustaba al todopoderoso Ernesto Guevara de la Serna. Un día, el Che lo invitó a “pasar por su despacho” y Baquero, avispado, entendió la trampa. Llamó a sus amistades y logró que tres embajadores lo escoltaran al aeropuerto y se exilió en España.
Ya en Madrid descubrió que su condición racial: mulato, y su condición política: exiliado de la utopía socialista, en ese momento hipnótica y deslumbrante, cubana, lo convertían en un paria.
Su talento y sus amistades hechas durante sus años de periodista le permitieron modestos empleos, pero la intelectualidad progre española lo aisló como apestado. Se habituó a la soledad.
Terminó en uno de esos reservorios de antiguallas, los hospicios de ancianos, en que las sociedades “avanzadas” recluyen a los ancianos que por terquedad viven más allá de lo conveniente. Y allí murió.
Ya fallecido, el Estado cubano empezó a “recuperarlo”, pero es importante saber que Gastón Baquero, al igual que Guillermo Cabrera Infante, fue un discrepante del tipo de gobierno antidemocrático y opresivo que padece Cuba.
Sirva este Muestrario de Poesía 47 para difundir la brillante obra de un maestro de la poesía cubana contemporánea: Gastón Baquero.

Agradecimiento público:
Este esfuerzo modesto y unipersonal por difundir y promover la poesía y la literatura, empleando el medio que la Internet proporciona, trae sus gratificaciones. Queridos amigos, nuevos amigos y amigos reconquistados han ido devolviendo emails dando acuse de recibo y comunicándome su satisfacción con el envío. Quiero, en particular, agradecer a brillante Manuel García Cartagena, a ese promotor literario y escritor que es Manuel Mora Serrano, al versátil Federico Henríquez Gratereaux, a narrador Frank Núñez, a mi pastor Dío Astacio, a Luis Enrique Arce, desde Costa Rica; a Aníbal Rosario, Alfredo Fressia, al sobresaliente poeta dominicano y cuentista de altos kilates Alexis Gómez, quien amplifica y difunde estos Muestrarios, lo que agradezco y aprecio y es una muestra más de su generosidad y amplitud de miras.
Igualmente vaya mi agradecimiento a Clara Silvestre, a Sagrario Ortiz, al dinámico Valentín Amaro, un promotor de la literatura incansable; a ese autor destacadísimo y gloria de nuestras letras, el maestro Marcio Veloz Maggiolo; a un amigo escritor de hace muchos años, Miguel Aníbal Perdomo, con el que vuelvo a tener contacto; a la inquieta Miriam Ventura; a Diógenes Abréu, a Patricia Hernández, a Selvido Candelaria, a Yaniris Espinal, Nicolás Guevara, Eduardo Gautreau de Windt y a Oscar Honguín-Veras.
Por igual, quiero reconocer a Félix Villalona, Violeta Wu, Miluska Podesta, al fino e inspirado poeta que es Jochy Mármol, un refulgente valor de la poesía dominicana y miembro de una camada de poetas igualmente brillantes como lo son César Zapata, Plinio Chahín, Manuel Gardía Cartagena, Víctor Bidó, entre otros. Gracias a ti, gracias a todos.

Aquiles Julián

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