Ganó Lula

Lula da Silva ha ganado las elecciones de Brasil. Era un triunfo esperado: de la cárcel a la Presidencia. Eso sucede mucho en América y otras partes del mundo. El caso más de mayor precedente fue el de Nelson Mandela.  Nunca pudieron probar delito alguno en el caso de Lula y fue considerado por muchos como un encarcelamiento político. Ahí está de nuevo: presidente del Brasil. 

Se recuerda que Lula en su anterior gobierno, utilizando políticas públicas de interés social y económico, sacó de la pobreza a más de 40 millones de ciudadanos y que la política neoliberal de Bilsonaro, candidato derrotado sumió en el desamparo a muchos sectores, volviendo a incrementarse los índices de pobreza e indefección. 

Ahora, con una nación dividida prácticamente en dos, porque la diferencia porcentual de los votos en la secciones fue mínima, Lula tendrá que gobernar con todos los sectores para permitir la gobernabilidad. No creo que Lula establecerá el mismo estilo de gobierno que hizo anteriormente. Después de su salida del poder el fenómeno posliberal se ha introducido  en la médula social de las economías de occidente y hasta del oriente que limita una gobernanza tipo horizontal. Es difícil invertir la pirámide en cuanto a la administración y distribución de las riquezas producidas por Brasil. Los sectores de poder se han valido de la construcción de sistemas sofisticados basados en las nuevas tecnologías y leyes de protección de sus capitales.

Sin embargo, las ficciones  que protegen los desmanes del sistema de explotación cada día son develadas y son sometidas a juicios críticos. Por eso ganó Lula, no importando el apoyo del sector conservador nacional e internacional que recibiera su oponente Bolsonaro. 

Reitero, el pueblo brasileño está dividido en dos polos y Lula recibirá la fuerte presión del ala conservadora para sus iniciativas. Algo esperanzador para no volver a Brasil como un estado ingobernable o caótico es que las “las clases no se suicidan” y menos cuando están bien protegidas por el capital, las leyes y los modos de producción establecidos por las políticas pos liberales, como es el caso de sectores del poder en Brasil. 

Aunque con limitaciones Lula tomará medidas que pondrá a sudar a sectores de poder y tendrán que negociar; al menos, eso espera el pueblo brasileño y todos los seguidores de Lula cifran sus esperanzas en un cambio.