Celebro el anuncio del Licdo. Luis Abinader, Presidente de la República Dominicana, cuando llama a sus funcionarios a NO colocar la fotografía del Presidente en los despachos que ocupan. Eso le pedí públicamente a otros mandatarios sin tener éxito. El culto a la personalidad no lo comparte Abinader, ¡y qué bueno! Es de los aspectos culturales negativos que arrastra nuestro país desde mucho tiempo atrás, donde el Presidente se atribuye y le atribuyen una categoría casi divina, intocable. Es donde esa figura se le llena de adulaciones, de poderes sobre el bien y sobre el mal, con poderes más allá de sus límites, donde la corrupción "se para en la puerta de su despacho”, donde el despacho es una fragua de la corrupción.
Este no es un simple acto de humildad del Presidente, es un mensaje profundo que todos sus seguidores y pueblo debieran tomar en cuenta.
Algunos piensan que en el Gobierno de Abinader no habrá corrupción. Están equivocados. Lo importante es que se prevenga, que no haya impunidad, que cada quien se ajuste a los mandatos de la Constitución y las leyes; que se haga justicia.
Todo gobierno que inicia lo hace con muchas "chulerías", todo muy lindo. "No habrá borrón ni cuenta nueva", lo han dicho muchos presidentes. No creo que desde esa instancia no se haya hecho el esfuerzo para evitar los males que parecen endémicos en la sociedad dominicana, pero la falta de determinación y la coherencia en las políticas de Estado han dado resultados poco alentadores.
El Licdo. Luis Abinader ha prometido un gobierno de cambios y existen muchas expectativas en los dominicanos.
¡Presidente no veremos su foto en ningún despacho donde abreva una insana manera de alabanzas a la personalidad! Usted no necesita eso para gobernar.
Como dominicano, solo le deseo el mejor de los éxitos y que los mismos redunden en el pueblo.
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