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AUTOR: VIRGILIO LÓPEZ AZUÁN
Para muchos parece que hace mucho tiempo el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, para otros parece que fue ayer, porque todavía permanece entronizado en la memoria individual y colectiva de parte importante del pueblo dominicano. Todavía sentimos las secuelas de todos sus oprobios, todavía nos asedia su fantasma.
Cada día se revelan más las ignominias de este ser que ha servido de modelo para inspirar los sentimientos más prístinos de desafecto. Pero como sucede en estos casos, también ha inspirado las más notables lisonjas y ha dado pie a crear lisonjeros de alta estatura y calaña.
Al cumplir cincuenta años de su muerte física, los mitos en torno de su persona se crean y se recrean. Centenares de obras literarias sobre este dictador, en los diferentes géneros, han salido a la luz pública. Una de las más famosas es la novela del peruano Mario Vargas Llosa: “La Fiesta del Chivo”, la cual recoge hechos reales e imaginarios sobe la Era y la persona de Trujillo. Tampoco escapé de esas influencias sobre los temas en torno a la figura del “Jefe” que produje la novela “La Pretendida de Verapaz”, la cual narra una historia imaginaria, basada en hechos reales con personajes de la realidad y de la ficción.
Muchas veces hemos escuchado decir que el fantasma de Trujillo anda en los pasillos del Palacio Nacional, algunos hasta han osado decir que lo han visto. Todo esto forma parte del mito, aunque maneras culturales de proceder del dictador afloran constantemente.
Ahora, mediante acciones mediáticas, políticas, literarias y culturales parece que están habilitando la figura de Trujillo. Muchos tratan de humanizarla, de crear en el imaginario colectivo del dominicano, la necesidad de un Trujillo en la Cosa Pública. Ojalá que pensamientos como estos no encuentren ecos en la conciencia nacional para no retroceder en nuestro andar democrático y político.
¿Cómo podremos olvidar los oprobiosos crímenes de la Era? ¿Cómo desterrar del confín imaginativo los gritos en las cárceles, la madres llorando, los jóvenes desaparecidos?
No se puede ocultar que todavía la figura de Trujillo revolotea en los pensamientos de los políticos, en los de la gente de a pie y en algunos estamentos estructurales de la sociedad dominicana. A cincuenta años del ajusticiamiento existe la más voluminosa bibliografía sobre este personaje desgraciadamente historio. Ojalá la juventud actual pueda acceder a los textos y pueda recrear esa Era llena de vileza para el pueblo dominicano.
5 de junio 2011
2: P.M
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