01 octubre 2010

El fantasma del golpe de Estado anduvo por Ecuador


Por Virgilio López Azuán

Momentos difíciles vivió el presidente Rafael Correa y el pueblo ecuatoriano con la intentona de golpe de Estado perpetrado este 30 de septiembre del 2010 a cargo de un sector de la policía, en “protesta” por la reducción de algunos incentivos laborales. Claro está que esa no era la causa, sino que fue el motivo atizado para provocar tal acción que han condenado mandatarios de diversos países que tienen relación con el gobierno de Rafael Correa. Era de esperarse el apoyo del Presidente Hugo Chávez, Evo Morales, Lula Da Silva, Fidel Castro y otros con ideas socialistas afines. Pero otros presidentes como el de la Republica Dominicana Leonel Fernández se levantaron en voz para condenar tales sucesos. Lo mismo lo hizo el gobierno de los Estados Unidos, Argentina y otros que se sumaron a lista y los que se siguen sumando.
            La verdad es que sectores ultra conservadores de América Latina siguen medrando en estos países, siguen a la saga, tratando desconocer la voluntad de los pueblos expresadas en urnas electorales. Eso pasó con Hugo Chávez en Venezuela, Manuel Zelaya en Honduras y ahora con Rafael Correa en Ecuador. Estos sectores ya caducos no se dan cuenta que las fuerzas sociales, las inteligencias colectivas de los pueblos van asumiendo conciencia social y política, capaces de revertir toda trama insana en su contra. No importa que usted esté o no de acuerdo con las políticas de Rafael Correa, con sus iras y sus medidas, eso no importa. No importa que usted aluda que en estos países son manipuladas las elecciones con miles artimañas para obtener y retener el poder político, no importa su concepto de democracia social, participativa, socialista, representativa. Lo  que importa es que ya establecido un régimen y que el pueblo fue actor principal, solo hay pensar en los mismos métodos para destituirlo, y no hacer esas escaramuzas que al final solo dejan dolor y sangre a las familias.
            El conato de golpe de Estado en Ecuador implicó la retención del presidente Rafael Correa en un hospital policial y hoy producto de esta insubordinación policial acaba de renunciar  a su cargo el comandante general de la Policía de Ecuador, general Freddy Martines. Irrespetado por sus subordinados el general Martines dijo a la prensa internacional que "Un comandante irrespetado, un comandante maltratado, agredido por sus subalternos, no puede quedar frente a ellos".
            En nuestros países existen deudas sociales, políticas, económicas, culturales y de otras dimensiones. La sociedad latinoamericana demanda soluciones a sus problemas básicos. Rafael Correa, que dicho sea de paso, se enfrentó en varias ocasiones con el entonces presidente Uribe de Colombia por las vinculaciones que éste le hizo acusándolo de tener vínculos con la guerrilla colombiana, ha mostrado una actitud valiente y frontal, ha sabido lidiar con grandes obstáculos para impulsar sus políticas en el Ecuador.
            Esta otra experiencia de Rafael Correa, donde en medio de una balacera fue rescatado del hospital donde lo tenían, según sus propias expresiones, en calidad de secuestrado le servirá para dosificar ciertas medidas populares dentro de su plan de establecer otras alternativas de desarrollo para el pueblo ecuatoriano.
            Todos los cambios y transformaciones tienden a afectar a ciertos sectores por la inequidad de estas sociedades nuestras, por eso  no será la última vez que Correa enfrente situaciones delicadas. En su discurso después de ser rescatado habló de sanciones a los policías insubordinados y eso está correcto, pero debe abocarse a un dialogo franco y abierto con los sectores que conforman la sociedad ecuatoriana para que pueda seguir encausando los proyectos con respaldo del pueblo.
            Para terminar no dejaré de expresar mi admiración por la gente del Ecuador, quienes estaban pendientes de la suerte de su presidente, no olvidaré que en nuestros países estas democracias e intentos  “modernos” de socialismo también tienen renglones torcidos que enderezar. Esperemos que el Ecuador supere esta situación, que las heridas no sean muy hondas para beneficio de todos.

1 de octubre 2010

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