16 julio 2010

POR CONSIDERARLO DE INTERÉS PARA EL EFLUVISMO

La tarea del poeta y del poema
Por Aquiles Julián

Una reflexión de Yves Bonnefoy sobre la poesía centellea en la mente
como un rayo, repentina, esplendorosa: La poesía “es aquello que quiere
liberar las relaciones entre los hombres de los prejuicios, ideologías y
quimeras que los empobrecen”.
La poesía nos enriquece: cuestiona, señala, esclarece. Es una puerta por la
que accedemos a una percepción más amplia, multívoca, rica, de la vida.
Nos libera de los esquemas empobrecedores en que el Poder nos quiere
recluir y mantener.
La poesía es siempre una exploración, un desafío, una búsqueda expresiva; una apuesta
por encender los poderes de la palabra y no para inútil pirotecnia, sino para iluminarnos
en medio de las tinieblas vitales.
A las palabras se les desvirtúa al grado de que las reducen a artefactos utilitarios sólo
empleables para la confusión, el engaño malicioso, la trampa artera.
El poeta devuelve a la palabra su fuerza, sus poderes. Y por el poema nos resensibiliza,
nos expande, nos restaura: nos rehumaniza.
Como Patricia Martínez García escribe a propósito de Yves Bonnefoy y su poesía: “Así,
para llevar a buen término su proyecto ontológico, la aprehensión verbal del ser como
presencia, el poeta presiente la necesidad de deshonrar al lenguaje en el que no estén
presentes las marcas más desasosegantes de la imperfección, y de reinventar unos
nuevos actos poéticos capaces de arrancarnos del orden bien articulado del
pensamiento conceptual, de la plenitud formal e intelectual, y de abrirse a esa errancia
ilimitada que es la existencia humana “l’obscure possible terrestre”.
La palabra decorativa, estrictamente conceptual, abstracta, más ruido que sentido o
deliberadamente tramposa, introduce una falsa comunicación en que en la apariencia
concertamos y comulgamos, y en realidad no. Es el tipo de palabra en que se place el
ideólogo, cuyos malabarismos y sortilegios verbales buscan imponernos una explicación
acomodaticia y colocarnos unas gafas que distorsionan todo. Que ocultan lo esencial.
Tarea del poeta es sensibilizarnos y permitirnos escapar de esas trampas. Alta tarea.
Seamos dignos de ella.

No hay comentarios: