Baní
Yo soy de donde hay un monte
bordeado de un caserío,
yo soy de donde hay un río
que atraviesa el horizonte.
Mi voz es voz del sinsonte
de la cigua y el manatí
el indio que vive en mí
aunque con distinta cara,
es el mismo que fundara
aquel Edén de Baní.
Yo no tengo que envidiar
alguna linda europea,
si mi alma se recrea
viendo por aquí pasar,
una payera sin par
regalando su sonrisa
esa belleza que hechiza
desde su mirar profundo,
y arrodilla todo un mundo
al igual que Monaliza.
Y sus hombres, por rigor,
ejemplo son de trabajo
pues heredaron de cuajo
el sacrificio creador.
Hombres que bajo el fragor
abren a Dios su ventana
por donde entra lozana
la entereza del “ Yo soy”
y hacen del mañana… hoy
y del pasado …mañana.
Banilejo , si señor
orgulloso de Baní,
y de no nacer aquí
quizás tuviera el dolor,
de no mirar esa flor
que nace con ilusión
de Peravia a Fundación
o de Paya o de Sombrero
o de cualquier hechicero
campito de mi región.
Yo soy de donde Martí
pidió en regalo de amor,
el brazo libertador
de aquel machete Mambí.
Yo soy hijo del Baní
que en ejemplo de amistad
hizo suya la verdad
cuando con Máximo dijo:
“…Yo soy de Baní, soy hijo
de trabajo y libertad…”
CSB / 2003
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