20 noviembre 2009

Círculo


MICRO CUENTO DE VIRGILIO LOPEZ AZUAN

CÍRCULO venía de lo alto, rodando. Evitaba por todos los medios ser una circunferencia vacía y hueca. Tenía una crisis de identidad y no conocía el amor. Nunca había sabido cual era su principio ni su fin. Había recorrido muchos mundos sin pararse, sin sentir ningún mareo que lo interrumpiera en esa marcha interminable. Abrió los ojos y vio un vacío azul, hacia abajo y hacia arriba, y luego hacia abajo, y luego hacia arriba. Sin dudas daba vueltas y vueltas. Un frío corrió en su interior y lo puso a tiritar. Después, escuchó un zumbido a lo lejos. TANGENTE se acercaba, para tocarlo y estremecerlo. CÍRCULO no pudo evitarlo. TANGENTE pasó veloz y tocó uno de sus puntos vulnerables. El llanto de CÍRCULO llenó todo el orbe, los ecos de la nada se repitieron hasta despertar los dragones de su corazón.

CÍRCULO, adolorido, seguía dando vueltas sin fin. Nunca imaginaría que muy dentro de él estaban todos los mundos, todos los equilibrios, todos los planos, todos los ángulos; el seno y el coseno. El espacio no tenía explicación fuera de él, y el mundo se explicaba en sus partes.

No advirtió, que aguerrida, se acercaba SECANTE, con el fin de penetrarlo. Venía con una orden oficial de atravesarlo aunque sea de soslayo, pero superaría a su prima TANGENTE. Así lo hizo, igual que TANGENTE, se posicionó en un punto imaginario y con una fuerza superior se lanzó en picada, con la intención de dar en centro y proyectarse al otro lado; pero reflexionó, no podía hacer eso, ese esfuerzo estaba reservado para DIÁMETRO y él era SECANTE, no otra cosa.

En fin, tomó impulso y se lanzó. Al primer contacto, CÍRCULO sintió un dolor punzante como si lo hubieran apuñaleado, y después, de manera casi inmediata, otro dolor en la parte de atrás. Respiró profundo, pero se dio cuenta que le había dado vida a SECANTE, lo mismo que TANGENTE, ya que sin él ellos no existirían.

CÍRCULO nunca sospechó que le faltarían otras pruebas y desde el centro de su corazón lanzó un rayo para tocar su contorno, y sin proponérselo, le dio vida al más sentimental de todos, a RADIO. Quizás, RADIO era el más querido de todos, porque nació de su íntimo, donde nace la verdad de las cosas, con un ARCO de conciencia.

Pero algo faltaba para sentirse pleno, para que todo tuviera sentido, para que en sus espacios virtuales vivieran todas las formas geométricas del Universo. Él no sabía el poder que tenía en su interior, ni que tenía a mucha gente aprovechando sus misterios para dominar la naturaleza.

En un instante leve CÍRCULO presintió el fulgor de una chispa: Era DIÁMETRO que se acercaba determinante. Venía desde lejos y traía una rosa roja consigo. Como flecha de cupido entró en su piel y penetró hondamente en su corazón para luego proyectarse más allá de su cuerpo y su espíritu. CÍRCULO conoció el amor y la rosa lo dejó partido en dos mitades, como a todo aquel que se enamora.

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